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En otras latitudes, una observadora privilegiada, metida de lleno en el mundo de los fogones y los diarios, hace un análisis de cómo los chefs pasaron de cocinar platillos a preparar discursos, y de estar ocultos en las cocinas a ser las caras más reconocidas de Instagram.
Ilustración de Pathosformel.
N. J. Soler es un enfermero de cuidados intensivos, de 33 años, con una predilección por las camisas ajustadas de diseños florales, el pelo partido en una raya tan recta que podrías encontrar el norte con ella, y una perspectiva decididamente positiva de la vida. También es el autor de lo que él llama un “diario en línea”, en donde escribe sobre sus aventuras comiendo en restaurantes de alta cocina, cosa que llamó la atención de los World’s 50 Best Restaurants. En 2016, la organización, reconocida sobre todo por su ranking anual, lo reclutó entre sus llamados taste hunters. Hoy en día él, a cambio de recibir invitaciones y tener visibilidad, viaja por el mundo cenando en aclamados restaurantes y etiquetando las fotos que toma con los hashtags #50Best y #50BestTasteHunter. En otras palabras, Soler es más que un influencer; es la personificación de este momento peculiar de la historia culinaria, cuando incluso las entidades que existen para promover restaurantes tienen sus propios promotores.
Conocí a Soler en Bangkok en octubre de 2017. Ambos fuimos invitados a la capital tailandesa por el chef Gaggan Anand, aunque en mi caso la invitación realmente me llegó de Manuela Fissore y Marko Kovac, que actúan como una especie de equipo independiente de relaciones públicas. En nuestro grupo había tres presidentes del jurado de la organización de 50 Best –que en 2016 había declarado a Anand como el mejor chef de Asia y el séptimo del mundo–. También estaban presentes otros dos periodistas (uno que, valga la pena decirlo, es votante de los 50 Best) y dos taste hunters más. Volamos a Bangkok en clase ejecutiva, nos alojaron en un hotel de cuatro estrellas y nos agasajaron con recorridos por mercados, visitas a templos y tratamientos de spa. El propósito manifiesto del viaje era asistir a una cena especial que Anand prepararía junto a Vladimir Mukhin, cliente a su vez de Fissore y Kovac, aunque mientras estuvimos en Bangkok también cenamos en los otros tres restaurantes de Anand y en el laboratorio que el chef conserva en Gaggan, su restaurante principal. Fue un gran despliegue de hospitalidad y, junto con las otras cenas a cuatro manos que Anand celebró en los meses previos y posteriores, debió costarle una...
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Es corresponsal de la revista Time en España. Además colabora con medios como The Atlantic, Wired y el New York Times. Su primer libro es "Los aprendices de hechicero", una investigación periodística sobre el chef español Ferran Adrià.
Agosto 2019
Edición No.210
Publicado en la edición
No. 207Agradecemos a todos los que nos han apoyado a través de nuestro Fundraising. Recuerde que puede hacer su donación aquí [...]
Publicado en la edición
No. 206¿De qué manera la gran industria cambió nuestra vieja relación con los alimentos y los actos sociales de cocinar y sentarse a una mesa? [...]