Poesía
Un poema de Elisa Díaz Castelo.
Cuántas formas de irse y todas truncas.
En este plano la ciudad es solo
movimiento: todo trayecto, lugar
que se bifurca, derroteros, trasbordos y baraja
de caminos brillantes. Coreografía
más que geografía. De cerca,
ramillete de muñones,
ríos entubados. De lejos,
una medusa sin cara, cabellera
que no necesita ojos para mirarme de vuelta.
Su voluntad infértil, su movimiento fijo:
todos los caminos posibles sucediendo,
todas las opciones elegidas.
He aquí un mapa del tiempo, atravesado
por el alfiler imposible de la sincronía.
Cada ruta de un color y tan callada:
una cepa de niños vestidos en tonos alegres
y solo uno me llevará de la mano, me alejará.
Miro sin sorpresa mi futuro: sus rutas,
escasas y rectas, sé bien a dónde llevan.
Quisiera quedarme
en este sitio, siempre
sin decidir, ciudad entera y vasta,
redonda fruta madura
y yo aún sin comenzar a horadarla.
Si no empieza uno nunca, ¿dónde acaba?
Qué ganas solo de permanecer, tan quieta,
así como un vaso de vidrio contiene
su caída, las muchas formas
en las que puede romperse.
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Ganadora del Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2020 por "El reino de lo no lineal"; del Premio Nacional de Poesía Alonso Vidal 2017 por "Principia"; y del Premio Bellas Artes de Traducción Literaria 2019 por "Cielo nocturno con heridas de fuego", de Ocean Vuong.
Agosto 2020
Edición No.221